Tímida sombra

Tímida sombra traspasó mi pecho
con rectitud secreta y escondida,
y olvidándome lánguido y maltrecho
penetró por la gruta de mi herida.

De cuanto inspiro caigo satisfecho
y no sé si a imprevista sacudida
resistirá, paciente en su barbecho,
la máquina intrincada de la vida.

Tímido esbozo, voluntad secreta
que en las enseñas de la muerte asilo
das a la estampa del fugaz cometa,

déjame al menos traspasar tu filo
y palpar esa vida más concreta
donde me aguarde el reposar tranquilo.



© Abraham Ferreira Khalil

 

Hermoso soneto nos dejas.
Un placer, saludos.

 

Excelente, un poema brillante de gran expresión.