Tonta discusión

Apretando las piernas nada consigues

ni mis quimeras, ni tus anhelados fines.

De tanto fingirte enojada, hasta tú te lo creíste,

yo cierro la puerta, sin hacer aspavientos ni desquite.



El caminar me refresca, apacigua mi alma y despeja mi frente.

El porque discutimos no viene al cuento,

es solo la insidiosa frecuencia con que lo hacemos.

Ya se está convirtiendo en un carnaval de dimes y diretes.



El amor nunca sobra ni es de cemento

a mi no me estorba pero para ti, tu andar hace lento.

De verdad que no te entiendo, y es más... Ni lo intento.



Como mujer en toda la extensión de las palabras

haces volcanes de tierra que nunca labras.

Y por si fuera poco, emparentamos con las cabras.



No me gusta discutir, pero si quieres hacerlo estoy dispuesto.

Salgamos a caminar, de paseo y después que se caigan los cielos.

No vamos a intercambiar palabras en este estado manifiesto.



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(Si encuentro una fuente te tiro en ella, con todo y tu vestido puesto.

Precisamente, ése que encoge... el que se lava en seco)​

 

sin duda la mejor forma de discutir es sin ira ni humo en la cabeza

un placer pasar amigo

 

Gracias Francisco por leerlo y comentarlo.

Saludos.

 

No podía perderme esta discución de pareja, que son como aguaceros del mes de julio em mi tierra. Truena, relampaguea, caen chorros, inundan las calles, enseguida sale el sol y todo como si no hubiese pasado nada Así son las cosas de la vida, así son las cosas del amor, dice una canción. Gusto de leerte cesarfco. Crimolem.

 

Gracias mi buen Cristobal.

Por leerlo y comentarlo (ya te platicaré de la reconciliación).