Tu nombre.

Tu nombre.

No escribiré tu nombre
para que no se manche
con ninguna materia
porque te quiero libre.

No escribiré tu nombre
para que la agonía
no le golpée en silencio
cuando el tiempo pase.

No escribiré tu nombre
para que sobrevivas
a las cárceles del hombre
y cruces sus fronteras.

No escribiré tu nombre
para que no sepas a yerba
ni a caolín, ni a grafito,
y seas pura cual viento.

 

Buen poema mi niño, brindar por ella, por el amor y por la vida.
Recibe un beso cariñoso que se apriete en tus mejillas.

 

El delicado tacto de tu pluma
parece una caricia en el papel,
no resta porque suma
y es oro porque nunca es oropel.
Es rosa y es clavel
y todo lo que escribes se perfuma
y tiene todo el gusto de la miel.
Escríbelo, Manuel, que lo presuma,
que diga me lo ha escrito mi Manuel.

Con un abrazo y todo mi cariño para todos.
Salva.

 

Hoy, después de tus inmerecidos halagos, puedo decir que luce la mañana en todo su esplendor. Un abrazo, amado primo.

 

Se entiende la exaltación sublime por ella, la importancia que tiene para aquel que la idolatra pues la proyección de los versos así lo deja ver, si te soy absolutamente sincera me gusta el ritmo que llevas en todo el poema, con excepción del cierre, donde queda la sensación al leer que la última palabra del poema genera un verso forzado. Pero bueno tu eres el autor, tu sabes porque lo concluyes asi, un abrazo.

 

Gracias Mary. Sí, el último verso esta forzadísimo... Las prisas!!! Ya lo he quitado.

 

Qué preciosidad!
Te felicito.
Saludos.

Jazmín