Tus manos

Tus manos son dos brújulas porosas
mostrándome la altura del sonido,
el rumbo de las voces soberanas
que consiguen un eco en el silencio.

Vienen a bordo del sabor, a bordo
del latido temprano donde empieza
la luz a destilarse hacia el crepúsculo
después de su trasiego matutino,
como fruta madura,
o como un árbol
encendido de rojos y de verdes.

Tus manos son alhajas de la sangre
y adornan mi contorno con los escalofríos
que se elevan a ras de los placeres,
un tanto violentos
como el que acaba de curar su herida
y ya se siente joven como el agua,
y ya quiere exprimir los porvenires.

 

_________________________________________________

Apaudo con mis manos y también con las estrellas a estas manos tan preciosamente acariciándonos...

Un cariño.

 

Hoy me toca ir detrás de Ciela, leyéndote... todos tus poemas han hecho que merezca la pena que la siga... precioso también esta vez...

Un saludo.

 

Está demostrado que ir siguiéndole la pista a la Genia y a Carmencita, da buenos, pero que muy buenos frutos.

Me ha encantado, Aler.

Un beso