Una opción

Ya te dije que no estoy solo,
me acompaña la soledad.
Se ha vuelto mi mejor compañera
y cómplice de mi realidad.

La depresión ahogó mis copas
de incomprensible dolor.
Cuando la locura emborrachaba,
mi lastimado corazón.

¡Una ronda más! que no quiero que la
locura se desprenda de mi ser.
Que importa si el mundo sigue;
total ya no hay más que perder.

Es la agonía que corre por mis venas
que como un volcán en erupción,
espera explotar, espera volar,
espera salir del armazón.

En esta noche no hay más que rencor
mezclado con ferviente dolor,
haciendo un cóctel explosivo
en el vaso de mi corazón.

No hay nadie a mi derecha.
No hay nadie alrededor,
nadie que sostenga mi caída,
nadie con sentimiento de comprensión.

Queda hacerme liviano como el viento.
Salir de este mundo inhóspito
donde solo vale la apariencia,
y van todos en decadencia.

La batalla no es con la muerte
ni tampoco con la vida;
quizás la batalla es conmigo
y desaparecer es la salida.

El mundo dice tener códigos
pero yo no los puedo descifrar.
Solo queda mi honda soledad
como un camino sin andar.

Ya no hay tiempo para más nada
ni lugar para arrpentimientos.
Solo queda despedirme,
¡Adiós!; hasta acá fue mi tiempo.​