Viejas estaciones

Entre raíles, de hierro las rodadas,
las brozas y malezas han medrado,
parece que los trenes no han pasado
y que estan las estaciones cerradas.

Parecían estar abandonadas,
solitarias, tristes haber quedado,
cuando a una de pronto yo he llegado
encontrando dos rosas encarnadas.

Sus pétalos, carmín seda brillante,
encendidos al rojo sol de fuego
cual sangre derramada me parecen.

Deslumbran sus reflejos de diamante,
y cegado, su aroma aspiro y luego
me arrastran al amor que allí me ofrecen.

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Fieles testigos de bienvenidas y despedidas...

Buenas líneas Ángel.

Gracias por compartirlas.

Un abrazo.

 

Gracias Cesar, Maramín por leerme y contestar. Sí, cada vez hay más estaciones cerradas. La rentabilidad...

 

Qué estupenda evocación del ambiente de las estaciones...

 

Buen soneto. Buen remate, sí señor.
Un abrazo, Ángel.
Xosé.

 

El caminar de la vida es arduo y muchas veces la desesperanza nos arropa, pero sin esperarlo, en su momento propicio, nos encontramos con esa herramienta que nos permite seguir caminando firmes y gozosos....bellas letras...gusto llegar a ellas...mis estrellas

 

Gracias Campesina. Piteira, acualquier p... se le escapa un p... perdón, un acento.ja,ja,ja,