Viejas heridas

Vienen gatas muy ricas, de cerebros pequeñitos,
vienen a llenar mis días,
con sus sombras a escondidas.
Mientras, en mi hay un profundo recuerdo
de partidas crueles e inevitables.
Dieciocho me ilusiona,
y las plazas me bajan a tierra.
De ésta manera tu mágica piel
se me viene a la memoria,
quisiera tenerla conmigo un momento.
Va mis voz acompazada de mis poemas,
y crece hoy una gran ambición,
pero no es completa...
Y siguen llegando a mi vida
tiernas pibas poco pensantes,
me he acostumbrado
a tus ideas, algunas nuestras.
Ya no es tan triste hoy
enfocar la vista a viejas heridas del corazón,
ya no es tan triste.
Pero sin ti mi mundo no es mas
que un siniestro taller de tristeza.