Viejo enloquecido

¡Qué mucho aprendemos y qué poco sabemos!

¡Qué mucho caminamos y qué poco vivimos!



Me siento viejo…un viejo desconocido

desconocido porque no entiendo su lenguaje

me he vuelto un anciano loco…aún creo en

la paz, el amor y la libertad.



Mi mocedad ha envejecido…si…

soy un viejo enloquecido…

mis palabras no dicen lo que quiero, y aunque soy yo quien las

pronuncia, no las comprendo

“pobre y deprimente ser es en quien me he tornado”

deplorable criatura… de nacimiento errado.



Pero la vida sigue, y aún se arrastra, por más que llore y me

mortifiqué…total! …será siempre así, la misma historia, por ello, en mi

resignación grito vanamente a la nada:


¡Qué mucho aprendemos y qué poco sabemos!

¡Qué mucho caminamos y qué poco vivimos!


Reniel Floyer - Paraguay​