viejo maestro

Las palabras son tercas
persisten en la cabeza
sólo si el corazón aligeras,
si de la simple esencia
haces bastión, fortaleza
el sentimiento hace presteza.

Es absurdo pensar
cuando el alma simplemente calla
vano, futil, sin substancia.
Así no, así nada es natural
pués sin la sutileza de la entraña
todo deviene triste arrogancia.

La enseñanza es clara,
la huella bien pesada,
el cariño antaño aprendido
se hace presente en la distancia
pués son los pasos seguidos
los del viejo anciano que ha vivido.

No, no era culto aquel hombre
ni versado en mil y una lid
simplemente era viejo, marchito
apenas un suspiro en devenir
que de su corazón bandera hizo,
que de su vida el sentir.


Silencios

 

No es absurdo pensar.
Creo que si piensas por ti mismo, puedes cocinar bien.
Puedes preparar tu propio desayuno...
Ordenar tu habitación, cuidar del jardín o acudir a una obra de teatro, pagando la entrada, antes de que se agoten todas las entradas.
Puedes lavarte los dientes, habitualmente, con pasta dentífrica sin flúor...





Hay muchas cosas que debes hacer para ti. Porque tú no eres un cero a la izquierda.
O no estás hecho, sólo de decimales.
No eres 0, 45.


Tú eres uno. Y como todos somos Uno, diríase que todos somos Algo.
Y por ser Algo, ya, dejamos de sufrir.
Somos objetos, antes que sujetos.
O muñecos con aliento de vida, antes que seres vivos.





Muñecos tigre, muñecos mosca, muñecos olivo, muñecos cactus, muñecos tiburón, muñecos Homo Sapiens, muñecos medusa, etc.