Adios...

Adios, no quiero despedirme, pués ya no habrá regreso,
no quiero que haya llantos ni penas escondidas...
Sufrir es aprender a valorar las alegrías,
llorar, es arrancarse la angustia, y todo éso
que nos queda cuando vemos que se muere
aquello que trajimos al mundo de los vivos,
las cosas que creamos, los sueños compartidos,
un beso, un te quiero.. un susurro...un suspiro...
Adios... me voy... y aunque comprendo que marchando
me aleje tal vez de mi amor y mi alegría,
no encuentro otro camino , por más que lo deseo,
ni veo solución al tiempo que se ha ido.
Y al otear el firmamento, buscando mi lucero,
en la cima de los sueños que navegan en lo incierto,
no concibo lo que veo, ni acierto lo que palpo,
no encuentro lo que busco, ni comprendo lo que siento.
Es verdad que te he amado, a mi modo... a mi manera...
es verdad que aún te amo, aunque tú, ya no lo creas,
si he incurrido en faltas, todo ha sido involuntario,
tal vez amarte a mi modo ha sido mi gran pecado,
y al perderte ante todo... va naciendo mi calvario.
Sólo espero hallar valor para verte en la partida
y así, soportar la angustia de morirme lentamente,.
Quizás te vea a diario en el rostro de la vida,
en las calles, en el cielo, en las flores, en la gente...
Tal vez te vea, al pasar ante un niño que sonríe,
ante una flor que se abre, o una nube que se aleja...
Tal vez oprima mi pecho para calmar sus latidos,
tal vez me muerda los labios para callar una queja...
Tal vez te sueñe de noche entre rosas y azucenas,
corriendo libre en el mundo junto a la brisa viajera,
tal vez evoque el pasado, mi dolor ante tus penas,
tal vez te aspire en el néctar de la lluvia y de la arena...
Y al vivir la realidad, cotidiana...inexorable...
ineludible pesar, de esta existencia mía...
me desangre lentamente de manera inacabable
cuando inicie el camino de la vigilia del día.
Para qué seguir pensando, y agrandar este tormento
si te miro y no te veo, si te busco y no te encuentro...
para qué seguir sufriendo, si me sangra el pensamiento,
para qué tratar de oir, tus pasos cada momento,
si bien sé que no vendrás, porque sé que no te tengo...
Para qué mirar mis manos, vacías de canto y sueños
si ya no tengo las tuyas, prisioneras de mis dedos.
Para qué mirarme el rostro, si ya no sé lo que veo...
ya no distingo las flores, ni puedo aspirar el viento...
tódo se mueve delante como jirones del tiempo,
una luz se despedaza en mil trozos de cemento...
son las calles que abandono y empujo hacia el recuerdo...
Ya no puedo ver las aves, ni la luna ni el lucero...
sólo es lluvia lo que veo, y es tormenta lo que siento,
también siento un triste canto, de mi cascada de adentro
y quiero mojarme en élla, y ni siquiera éso puedo...
Hoy siento que tu amor muere.. el mío...lo hará luego.

 

Elhi Delsue. Muchas gracias por la atención que dispensas a mis letras. Me siento honrado y agradecido. >Un abrazo Rodolfo