Amor psiquiátrico.

Te pones en el lugar del otro, y sabes cómo se siente.
Verdaderamente, es un gimnasta olímpico.
Ni oro, ni plata, ni bronce. Pero sigue siendo excelente el agua de su cantimplora.
Incolora, inodora e insípida. Valoras su actitud, ante la vida.





Salud, dinero y Amor. Y el dinero siempre es adolescente.


Numerosos problemas en un callejón sin salida.
Pabellones auditivos llenos de cerumen, y una vela encendida encima de su cabeza.
Ojos que derraman lágrimas a diestro y siniestro, como si fueran aspersores de un jardín...
Barba de chivo que le llega por las rodillas. Alas de ángel, por la espalda.


Pañales plateados, de papel aluminio, y patines de línea, para repartir Pizzas, por la calle.


Amor por el detalle...
Ilustre campeón de las películas de cine.
Un hombre orquesta ingenioso. Un hidalgo fascinante, que hace mímica.
Su lenguaje no verbal comunica, a cada instante, lo que siente y piensa. Y la emoción que le visita.


Le das un beso y un abrazo. Un empujoncito, para saltar desde el trampolín.


Él piensa que eres argentino.
Y qué más da, si eres psiquiatra.
El cliente siempre lleva la razón. Puro teatro.
Lo importante es que te pague como merecías. Un buen fajo de billetes. En el bolsillo,


te lo metes. Sonríes. Tu paciente y tú, ¡ Los mejores amigos !

 

vaya amigo, si que eres todo un jeroglífico en los poemas....

saludos

 

Gracias a los dos, por vuestro apoyo. Creo que soy feliz, por fin. Mi voz ha sido escuchada.