Blanca Pamela

Cuando intentaba acariciarla
ella ocultaba su rostro
en su cascada natural
y los muros de la universidad
como tímidos geranios
se cerraban,
su blusa de cuadritos bermejos
se apeaba a la oscuridad
y yo a ella,
con el ruido de los caballos,
con la caída en la ternura
de los cabellos,
con el oscuro parque
de caricias estudiadas,
echadas las ingenierías de los brazos
y las políticas de la hormigas
y las abogacías de los rosales.

Ella me escribía sin sumisión,
sin aceptar nada más
que un burdo temblor
y el enfermizo peregrinaje hacia sus ojos,
a qué le tienes miedo , luciérnaga de instantes,
tu rostro no es la luna hepática y fría que se asoma
y se confunde entre las bengalas de la ciudad
y hiende los iris de las combis.

Ella se oculta
en el sardinel enfermizo
y en el secreto de la flama,
en las polillas que brotan de mi mano
mi mano que se hunde en su cascada natural,
su blanca pamela
en mis yemas,
acariciada.

 

Jasón buen poema cautivador un placer llegar desde aqui jess