Caín, Caín

Caín, Caín

¿Qué esperabas de mí, querida mía,
si el azul de tus ojos me engañó
viendo cielos hermosos, quien soñó,
al creer que tu brisa le quería?

Me perdí por demonio y no se oyó,
el infierno dormido que me abría
esas puertas del centro de una arpía
al clavarle sus garras a mi yo.

¿Vino el rey? Aún no vino,
y si vino no lo sé.
Si vino el rey o no vino,
el rey vino y no volvió;
y si nunca lo sabré,
es porque viniera él o no,
como al rey nunca se vio,
igual lo vi, y no lo vi.

Querida mía, ¿qué esperas de mí?
¿la fe?
Nada, sólo morir...
Ahora soy rey.
Y más que rey soy Luzbel,
quien no murió,
y tú Caín, Caín,
y el otro muerto Abel.

Quién se atreve, quién,
descendido el cielo en la ventana,
decir del cielo su papel.

Mi pensamiento vuela hacia infinito
tras el cristal en cruz, sin ser.

Quién se atreve, quién,
criticar el todo por la nada,
resucitar la luz de Lucifer.

El inicio del universo
tiene múltiples posturas,
y se basa todo en meter.
El final del universo
es salir... para no volver.
Venir, que vino el rey.

 

Interesantes letras, un trabajo inteligente, bellos versos magistrales muy bonitos.

 

Muchas gracias Jorge, un abrazote muy grande