Carroza

Soledad insistente que toca mi puerta,
¿Como dejar atrás lo que en este momento nace de mi alma?
¿Cuantas dudas sobre el vivir después de morir nacen?

La carroza fúnebre espera impaciente,
Y mis sentidos se esfuerzan por escuchar,
El silbido atroz de aquel que viene por mi alma,

Los caballos negros como el abismo respiran agitados,
Y el misterioso hecho de estar aquí me llena de terror,
¿Cuanto lo desee? ¡Y ahora no lo quiero!

Hechizos y cadenas,
Sortilegios y maldiciones,
No servirán para alejar mi destino,
Benditos aquellos que mueren al dormir,

Y yo sin embargo temeroso como niño,
Que se muy bien que vendrá,
Con llamas que salen de los belfos,
Se marca mi hora,

A lo lejos el reloj muere al sonar en 12 campanadas,
Gotas carmesí manchan mi camisa,
¿Siempre el terror será así?
Llenando de saliva seca mi boca,
Apretando mis puños....

En gesto de reto,
Una bravata que terminara con mi humillación,
¡Que maldita rabia!
¡Que maldito dolor!

Para finalizar sollozando como cobarde....
Para terminar mi berrinche en sus manos...
Siendo arrastrado a la carroza,
Que llevará mi alma a juicio,

Entre nubes de azufre,
Entre mares de lava,
Ahí encontraré mi final...

Correremos esta noche con la fuerza de 6 corceles,
Hasta llegar a mí ultima morada,
La más temida entre los hombres,
Me resignaré a mi suplicio,
¿Pues que más puedo hacer?



Lord Vélfragor