Ciudad Vegetal

Ciudad Vegetal

(17.12.2014)






Desde cualquier lado de la ciudad

sientes


como las montañas

te observan

con fijeza.


A veces


logran atraparte

hacerte perder el camino

y dirigirte

directamente hacia ellas


obedeciendo la orden

de ser verde.


Y te atrapan esas flores diminutas

moradas

amarillitas

azules

que te levantan en vilo

y te llevan

hacia lo lejos

de lo demás


hacia lo tuyo

cercano.


A escuchar el ruido

de la savia

que escala

hacia la cabeza

de hojas

y frutos

que se abren a tu paso

para decir

en sus idiomas

que siempre

estarán contigo.


Y quedo suspendido

dentro de las montañas.


En una ciudad vegetal

que entiende la lengua

de los insectos

de las piedras

de las aguas.


¿Cómo obtener la ciudadanía vegetal?

¿Cómo hacerme ciudadano de la montaña?

¿Cómo atravesar la puerta

que me transforme

de habitante

a poblador

de la ciudad tierra?


Serranía que han llamado

de diversas maneras.


Pero sólo ella sabe

su verdadero nombre:


Yo sólo sé

que estoy aquí.

 

Qué buena prosa poética me regalas. Muy agradecido por vivir el poema y por mostrarme otra atmósfera del mismo. Esa es mi Caracas espiritual, en la que habito a escondidas. Saludos

 

Esa es la Caracas espiritual en la que habito, la que sobrevive en los rincones y desde ahí, me ofrece otra vida. Muchísimas gracias por tus palabras. Agradecido. Saludos

 

Es la primera vez que tengo el agrado de leerte. Me encantó esta obra en la cual le das a la naturaleza entidad, vida, que de hecho la tiene, pero en tu historia de versos adquiere un protagonismo de hermosa ensoñación.
Fue un gusto conocer tu trabajo.
Que tengas bellos días, saludos desde Buenos Aires.

 

Muchísimas gracias por tus palabras. Gracias por leerme y siempre serás bienvenida. Igual que tengas un excelente sábado, lo cual no será difícil en una ciudad tan bella como Buenos Aires. Saludos

 

Al leer este poema entendí los vacíos que he tendido en mi vida. Verá nací en un ciudad rodeada de montañas por eso el nombre Monterrey, pero de niña mis padres emigraron a Dallas donde no hay ni un solo monte. Siempre he sentido que algo me falta y como que no encajo y ahora entiendo que todo este tiempo ha sido el mundo vegetal, el lenguaje del amarillo al que no tengo ni he aprendido, pero añoro y deseo. Mil gracias por este poema, es como si todo lo que he pedido en mi vida estuviera aquí

Abrazos desde mi mundo con claridad

 

Qué hermosa reflexión has hecho, incluso creo que más que reflexión, es propiamente una iluminación. Me alegra haber sido portador del mensaje de mi Montaña a tus Montañas. La Tierra siempre es más poderosa y fuerte que nosotros y además, de diversas maneras siempre nos dice que nos sigue queriendo. Tus montañas te vivificarán y si piensas en ella, de alguna manera vendrán a buscarte. Muy agradecido por tus hermosas y sinceras palabras. Hoy te saludo sumergido en el verde