Compungido

Cuando cae la nieve me entristezco,
me acuerdo de tu imagen vaporosa;
mi amarga soledad me la merezco,
tu figura en mi mente aún reposa.

Contemplando tu foto permanezco,
aquella en la que luces vanidosa;
en las noches de invierno me enternezco
susurrando tu nombre, amada esposa.

Extinguida la llama de tu amor
y perdida la fe que en mí tenías
partiste para ignota lontananza.

Tengo una inmensa herida en mi interior.
Si vuelve a calentar mis noches frías
reconquisto su amor y su confianza.

 

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Bonito soneto a tu querida esposa nos dejas, Sigifredo. Un abrazo grande y suerte.
Saludo cordial. Azalea.