Delirios

1.
Iré recogiendo tu rastro a cada instante, llevando las manos abiertas, y jugaré con palabras mientras armo tus recuerdos.
Saboreando cada frase recitaré tu opaco recuerdo, dando luces y colores a experiencias pasadas… ¿qué tesoros pueden ser? ¡Ninguno! Pues el recuerdo me es inútil e insípido.
Prefiero experimentar el momento lucido de tus suaves manos, en mis manos siempre abiertas, y el apacible sabor a fruta madura de tus labios.
Ya solo me queda lo menos nítido de ti… ya no me mienten las viejas quimeras de los sabios, pues el placer de tu belleza no es un viejo ideal.
Tú, que delicada y llena de jovial encanto animaste la grata voluptuosidad de mis manos, de mis manos siempre abiertas, te suplico que vuelvas.
¡Maldito el recuerdo, solo me es grato tu tacto!
¡Maldito sea el recuerdo, pues solo me es grato tu tacto!

2.
Solo esperar es una inútil función, el deseo esperanzado solo es testimonio de la incapacidad de hacer real aquello que la esperanza no puede lograr…
¡Pestilencia, es solo eso!
La esperanza se ahorco en el alba del día que supo que su inútil espera era lo suficientemente débil como para que el valor arrebatara con fuerza todo lo que ella anhelaba. La aurora la vio en la madrugada colgada del tronco de la incapacidad…
¡Pestilencia, solo era eso!
El valor gozo de todo aquello que la esperanza anhelaba, pero nunca se conformo con aquello, pues él aspiraba más alto que cualquier inútil pasión. Pero sus justas acciones lo llevaron a la muerte, pues lo injusto ahora reina con tiranía…
¡Pestilencia, solo es eso!

3.
Poética esta hoy tú lengua, ¿Qué buscas en el antiguo arte de clamar por las esencias? Acaso… ¿Igual que antepasados locos invocas algún demonio? ¿Cuál es tu interés en nosotros? Tú que tanto gozas de voluptuosos placeres ¿Tus pobres y limitados sentidos no te dieron lo suficiente? Estás enfermo, igual que los que esperanza tienen, atravesado de pobres instintos te encuentras. Dime: ¿Sabes tú cual es el deleite que tienen las aves que en picada desde el cielo se sumergen en el mar en busca de su presa? No, solo zalameras y adulas ese triste y limitado mundillo que crees perfecto para tus sentidos, pero hasta el mosquito se siente el rey de su mundo. Sigue abriendo tus manos y recibe míseramente lo poco que se te ha dado.

 

Muy buenas tus letras, pero deberías colocarlas en prosa, ahí lucirían mas.
saludos
Esperanzapaz

 

Hola esos delirios que planteas me hacen pensar en alguna disfunción que no te permiten ver la vida con objetividad, algo está lastimando, doliendo, es cocmo un choque entre el adentro y el afuera... Grato leerte saludos y estrellas
¡SONRIE