desconsuelo

LLeve alelies en mi ramo para adornar su pelo cuando estaba el sol de enero.

Pero no pudo ser y tampoco en febrero.

Me gustan los alelies, dijo, pero más me gustan la rosa y el jazmín...
Para mi cabello y para mi santo de madera.

Mientras el silencio giraba redondo en el calor de esa tarde de enero.

Y el sol también giraba en una canción de desconsuelo.
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Adolfo

 

Hermoso, conmueve, es una preciosura muy linda.