Dios furioso

Un Dios furioso,
ya no oirá más ninguna plegaria,
no escuchara ningún rezo,
hará callar cada palabra,
hará morir cada alma.

Caminaran descalzos sobre las brazas del infierno en la misma tierra,
lloverá fuego y respiraran tierra,
rostros sin ojos rondaran por ahí observándolos bajo un cielo oscuro,
los ángeles caerán como aves fulminadas por cazadores,
y todo se secara percudiendo día tras día más cada herida,
y un Dios furioso observara con las manos inútiles
por las sogas con las que algunos hombres se las han atado.

Lloverá sangre del mismo Dios furioso e inundara cada Iglesia,
quebrara cada pared y las destruirá para demostrar que el jamas estuvo ahí,
y correrán diablos por las calles gritando ensordeciendo los oídos,
y el cielo se hará cada vez mas distante de nuestros ojos llenos de arena.

Y Dios furioso arrojara las mismas almas que el creo al infierno,
y deseo que ese Dios furioso sea justo y lleve con el aquellas libre de pecado,
porque sino habremos sido víctimas de una gran comedia diabólica.

Y rendido casi pudiendo escapar del espanto de mi propia pesadilla
y de la voz del santo mensajero,
vi sin entender como hombres poseídos por su propia miseria,
envueltos en una danza sangrienta sacrificaban a nuestro Dios Furioso,
sin piedad a lo lejos cual un animal enfermo.

Un Dios muerto,
ya no oirá más ninguna plegaria,
no escuchara ningún rezo,
hará callar cada palabra,
hará morir cada alma.​