Diosa cruel

Diosa cruel

Vi caer de rodillas el cielo
cuando tú lo apuntaste enfadada,
vi ondular una llama del hielo
que sufrió tu furiosa mirada.

Y se ha abierto la tierra más firme
tras tus pasos de brioso coraje.
Si me odiaras tendría que irme;
emprender el más drástico viaje.

Es temible tu orgullo de diosa
camuflada de humana belleza.
Siempre exiges, trivial, cualquier cosa,
e incumplirte es perder la cabeza.

Tan despótica y dueña del mundo,
tan bañada de locos caprichos...
¡puedes darle un milenio a un segundo,
o invertir a las camas en nichos!


Ariel Carrizo Pacheco​

 

Se siente cierto temor, o quizá respeto por parte del individuo que vislumbra a un ser superior, y que claramente le embarga la emoción, actuando con cautela, pero además, se percibe fervor y veneración por esa imagen severa.

 

El placer es mío, estimado poeta Fernando, al contar con tan gratísima visita. ¡un fraternal abrazo, y un hasta pronto!

 

Estimado poeta y compañero Alfredo, ¡plenamente agradecido por esta nueva visita a mis sencillos poemas!
Un caluroso abrazo vencedor de distancias, ¡hasta pronto!

 

Muchas gracias, querido amigo por este mensaje descriptivo, interpretando con atención estos versos. ¡Un cálido saludo!:

Ariel

 

Me alegra saber que te te gustó, querida amiga Paloma, ¡un beso con mi agradecimiento por tu afectuoso saludo!

 

¡Muchas gracias, estimado amigo Batemusa & Cachafaz! ("Desde pebetes lo escuchamos roncar /por los deslindes de Barracas al Sur /y en los bailongos lo hemos visto bailar /al Cachafaz, que era una luz...", me llega el recuerdo de este tango de Cadícamo). ¡Un fuerte abrazo!, con la alegría de saber que estos versos fueron de su agrado, ¡hasta pronto!

 

Me alegra mucho saberlo, querido amigo Luis Adolfo, ¡muchas gracias y mi afectuoso saludo!