ECO

Guardo el eco de tu voz en el interior del cristal
que construí encaramado a tus brazos.
Allí están tus palabras como líquidos transparentes
en espera de esta sed de acontecimientos que te esperan.
Guardo sus sonidos como ruidos de venas rompiéndose
llenas de una sangre que me habla al oído del recuerdo.
Todo lo guardo en el cristal que acompaña los sueños
que me bebo cada atardecer para seguir dando tumbos
sobre esta borrachera de días mermelados y de pulpa funeraria

Guardo el eco de tu voz en el interior del cristal
donde se refugiaba el nombre de mi nombre y mis días.
Aquellos que construí sobre pies de barros sin color,
y fuegos y silencios y neutrales cicatrices de no sé qué heridas
hechas de materiales desahuciados y desastrados minerales

Todo lo guardo menos el sabor de círculo del beso y tu boca olvidada.

 

Melancólico eco resguardado del olvido.

Y ese toque tuyo, tan especial, en otro poema de altura.
Un saludo, poeta.

 

Bellísimo trabajo, una obra fantástica.

 

Una vez más, gracias Jorge. Recibe un fuerte abrazo.