El destino.

Quizá el destino
no sea más que una palabra
dejada al descuido del azar,
la desnuda ingravidez
de todo origen,
el silencio perpetuándose
como coda de lluvia,
un peso con espasmos de vacío,
el presagio de una ave sombría
perfilándose bajo un cielo vertical,
el sueño de lo eterno
que da tierra a la derrota,
el diletante discurso de los necios,
el tonante murmullo de la piedra,
el sordo desplome de una lágrima,
un resplandor de pólvora
como difuso latido de la noche,
una remota península en los cielos,
las aguas divididas de la tierra...

Quizás el destino
no sea más que la vida
como única certeza,
como pretexto para vivir
a un paso de la muerte,
una ocasión para apurar
el amor con los ojos cerrados.

"Los idiomas del agua"

 

Filosóficos versos, ¿el hombre da sentido a la vida o es en sí misma esta quien construye en lo viviente un propósito, o quizás esta carece de todo sentido tanto la vida como el hombre y a fin de cuentas lo único que importa es vivirla? Da para pensar. Un gusto haberle leído.

 

Gracias por tu comentario, Kimbisero. Esa es una de las preguntas del millón, pero creo que lo fundamental de la vida es vivirla, sentirse cada día que uno está vivo... lo demás, como la muerte, viene por añadidura. Saludos.