El Diablo

Aquel diablo que conoces,
no es el más peligroso,
lleva distintos nombres,
y camina entre nosotros.

Eso que llamas libre albedrío,
letras pequeñas del contrato,
en verdad nunca ha existido,
opción que tomes hará daño.

Absurdo creer ser puro,
a cada placer una plaga,
vemos colapsar al mundo,
pero nada de fondo cambia.

Cosas no son lo que parecen,
con lúdica hedonista sinfonía,
en realidad nada te pertenece,
tiempo prestado larga agonía.

Fantasmas imaginarios,
robándote están sueño,
fantasmas del pasado,
esos miedos expuestos.

Al diablo que quiero,
le puse nombre simple,
esta añejos recuerdos,
en cada memoria triste.

Todo lo que haces es pecar,
así su maquinaria trabaja,
se mueve en la obscuridad,
aguijón que no deja marca.

La nube negra aun te sigue,
palabras sucias en los oídos,
tienes derecho a divertirte,
inhala exhala aire corrompido.

Cuando todo te falla,
pierdes fe y el tacto,
diablo gana otra batalla,
y deprimido firmas pacto.

Juraste ni una nota,
y fue todo el baile,
perverso te provoca,
hace sentir vulnerable.

Otra Vez vuelves a caer,
estas muy lejos de casa,
la debilidad en tu piel,
alimenta su eterna causa.

Magdalena la santa dudosa,
en el evangelio prohibido,
traidor al redentor nombra,
los manuscritos escondidos.

El diablo crees conocer,
tóxico complejo diverso,
voluptuosas formas de mujer,
un varonil deseable miembro…