Extraño Ausente

Extraño Ausente
​

¿Recuerdas cuando jugábamos juntos?,
Tú eras el arquitecto de maravillas
Y yo el constructor de sueños.

Tardes enteras de diversión,
Eras todo lo que quería ser y más,
Ser como tú era mi inalcanzable ideal.

Un día te llevaste mi única base,
Y con ella mi fe en los de tu clase,
Soporté por los dos aquella fase.

Mi madre lloró como nunca,
Mi abuela te odió en sepulcral silencio,
Yo, en fingido sueño vi toda la escena,
Mientras una parte de mi moría sin condena.

Te acercaste dos pasos por cada tres que te alejabas,
No entendiste que no solo a mi madre dejabas,
A mí también me abandonabas.

Con los años mis lágrimas por fin salieron,
y cuando comprendí que quería tu consejo,
Ya era tarde, el daño estaba hecho,
Tu vida pusilánime, la armaste lejos.

Te quise muerto pero vivías,
Añoré odiarte pero te quería,
Intenté olvidarte y volvías,
Y al engañarme te creía.

Hasta que al fin un día
Con la cabeza caída
Te di tu última opción
Y escogiste el camino mejor.

Irte a buscar otra ilusión
Dejarme con tu misión
Y aunque te amo con el corazón
No perderé otra vez con un ladrón.

A tu mundo de pasión vete, extraño ausente
Que tu recuerdo ya no vive en mi mente
Desde ahora conmigo nadie se mete
Solo en tu funeral, espero volver a verte.
​

Johan Sebastian Castillo Veloza ©

 

hermosas y sentidas letras nos dejas, el dolor es muy duro y deja sus cicatrices, debemos aprender a vivir con el y no olvidarlo, ya que nos recuerda que estamos vivos y aun podemos sentir... un placer leerte

 

Tienes razón, las cicatrices se portan con honor. Gracias por pasar.

 

Acaba de morir, creo que voy a cumplir lo que dije en los últimos versos.