Henry Chinaski

Estoy leyendo una balada de mentiras
y tú callada estás llorando,
de vez en cuando me miras.

Aplauden, sonríen a carcajadas
y no dejas de asustarme;
pero seguiré hablando y hablando
hasta que el público se largue.

¡Y estoy atormentado y asustado
y sigues llorando!
Voy a coger la pistola,
voy disparar a alguien.

Cariño por favor no llores me haces daño,
empiezo a hartarme.
Por fin salgo disparado atropellando
este público-solo quiero abrazarte-

-Volvamos a casa, para emborracharnos-
tus labios rotos y húmedos no dejan besarme.

 

Rasgos de su personalidad bien delineados en tu poesía. Un gusto leerte.

Hasta pronto.