Inflamable

Manos negras del hollín más claro,
ojos rojos por el humo asfixiado.
Garganta ronca por hablar con susurros,
pies cansados cambian el rumbo.

Dientes mellados al lamer las piedras,
brazos rajados escalando la hiedra.
Curvas abrasadas de pasar noches al fresco.
Cuello mordido busca el final perfecto.

Caderas firmes ahondan en su mente,
piernas suaves vuelven a perderle.
Labios carnosos hacen que se calle,
sonrisa traviesa de la que enamorarse.

¿Cómo, cuándo, dónde unirlos?
¿Por qué hacerlo, por qué perseguirlo?
No hablan dos días seguidos,
¿por qué hacerlo, por qué conseguirlo?

 

Bienvenido o bienvenida, una delicia de poema precioso, bellas letras muy bonitas.