La inserena

Noche triste...Triste noche,
eco de coros sollozantes trae el viento;
latigazo de ausencia que al alma flagelela,
replegada añoranza en mi memoria ardiendo.

¡Oh mi soledad... Parábola congelada,
universo olvidado antes de concebirse;
hoy soy extraña criatura dimensionada,
eructando la cifra total de tu abandono.

Uno más uno... ¡Dos!
por dos ¡Cuatro!
no he perdido aún mi cerebro de trapo;
bástame con ser un buen matemático,
para sacarte en un dos por tres, de mi formato.

Pero todo es mentira en la mente mía;
soy un siglo de piedra con corazón enamorado;
me aniquila la sombra de tu acuciante mirada,
me enloquece el enigma, de tu cuerpo amurallado.

¿Acaso sabes mujer que te respiro
deshojándole al tiempo
instantes de oxono de su vientre?

"¡Ah! si supieras que me ahogo
entre dos gotas de lágrimas imantadas
y la penumbra de sentirte ausente,
mascando brasas que atragantan mi garganta"

¡Cómo sangran mis pupilas,
cuando tu recuerdo me quema
con tu luna ardiendo dentro de mi alma!

Mi vocablo muerde la sombra de tu olvido...
Suspendidas las formas de tu cuerpo,
se mantienen en mi memoria ancladas
y la noche poco a poco se aleja,
desalmando la luz de mi espíritu,
como ilusión mutante sin nombrarme.

La noche fue...
Y aún soy sin comprenderlo.

La luz del alba resplandor súbito de vida,
emerge de la nada regalándome la mañana...
El silencio ya no existe,
ni las sombras del abismo,
ni las cataratas inclementes en mi alma.

Es un nuevo amanecer, ¡Sigo vivo!
"Pero sin poderte olvidar"

Tato Ospina
DRA
Colombia​