La joya

Parpadear con los ojos cerrados pensando en alguna fantasía de cuando era niño, siempre me hace sonreír como pendejo. Hoy estoy un poco enfermo así que decidí echarle un poco más de agua al licor bravo, malo y mal sabroso que compre donde don Euclesiástico. Se está acabando la música y no quiero seguir embriagándome con el sonido de la noche que está fría, la luna llena parece iluminar más que de costumbre estallando redonda, gigante en cielo y con dos anillos mágicos plateados, se puede ver todo, parece una película de Tim Burton donde las culebras no hacen daño y arrastran su sombra lunar plateada por los caminos de estas montañas con potreros grises y arboles que se mueven a mis espaldas.

Inicio un pequeño fuego al que me toca avivar con mi aliento y aguantar la respiración; cuanto mayor es mi esfuerzo más rápido se consume, sin embargo, el fuego abre un portal en la plata lunar, yo agarro mi frasco, mi agua y mi camino… mis pasos marcan el compás de una canción que no recuerdo pero sé que me gusta… llego al lugar que tenía en mente y entro mi mano con los ojos cerrados en la hierba recién húmeda por el rocío, al sacarla, está llena de una joya preciosa, pero, al abrir los ojos me doy cuenta que es sólo una baratija para mí. Sigo buscando entre gemas sin valor, sin encontrar nada; mejor un sorbo de mi veneno y seguir… Sólo al tropezar con un joven lobo que me acompaña y me avisa del peligro, es cuando desde el feto de la tierra, rebrota casi brillando la hermosa piedra viva que estaba buscando. Al tener mi gema en las manos, la desaparezco en dos o tres momentos, lo único que queda son las raíces de donde la desprendí… más veneno… mientras el liquido termina de pasar por la garganta, en mis oídos hay un silencio mental, no escucho ni mis pasos, ni a los bichos de la noche… ni siquiera recuerdo mi gema… me siento débil y un poco pálido, creo que me traga el monte…

Me siento en una invariación del tiempo, como si traspasara una puerta dimensional dentro de las entrañas del monte, las simples aves de antes, ahora vuelan como constelaciones frente a mis ojos que abren sus pupilas como un monstruo dispuesto a devorar visiones. Los arboles que ahora son tan similares a mí, son más como faunos recordándome que ellos ya eran viejos antes que el primer animal derramara su placenta con el primer mamífero que chupo teta. Estoy en una fantasía… una realidad donde los seres vivos somos todo, donde la magia existe en los colores de las explosiones estelares. Entiendo todo y luego dejo de hacerlo, quiero desprenderme de todo lo que me ata, soy el lobo que cabalga la montaña, soy el cometa que se quema con las estrellas, soy fuego que arde en el interior de latierra.