La tentaciÓn.

La tentación te desmonta cuando se realiza sin demora.
El deseo se alcanza y logra,
a la vez que los sentidos se agrandan y explotan.
La tentación no sabe de nombre o condición,
es indiferente para ella raza o religión.
Ella es la que manda, no presta favor.
El mango de la sartén lo aferra con tesón.
El sabor de la tentación es agradable y te seduce,
te lleva a su mundo y en él te hunde,
sensaciones exageradas te produce
y piensas que esa máquina
eres tú el que la conduce,
sin llegar a ver,
que a la vuelta de la esquina
está la sociedad formando cuadrilla.
Procura que tus tentaciones
salga de tu noble voluntad
y amable corazón,
de ese modo, todos tus actos te llevarán,
a ser posible, a convertirte en una persona mucho mejor.

JUAN MANUEL PEÑA RAMÍREZ (PARLA-MADRID)

 

Mandamos esta tentación al inicio para que se favorezca con más lecturas. Saludos don Juan Manuel