Lazarillo.

Lazarillo, llévame, porque soy ciego.
Te pagaré con dos o tres monedas de metal precioso.
Vamos a comer un trozo de pan con tortilla a la francesa.
Te convido a un refresco espumante, también, en agradecimiento por este favor.


<< Soy tu hermano mayor. Ésa es mi recompensa. >>


Lo creas o no, confío en ti.
Eres como el Padre Nuestro. Yo soy el Ave María.
Me ayudas a abrir mi corazón...
Y al final, habrá un amigo, en mí. Para todo el día.





<< Seremos leales, el uno al otro. Ya, me has domado como el vaquero, al potro. >>


Te adoptaría. Seríamos uña y carne. Una Internet, o red de redes.
Yo, tu padre. Tú, mi hijo. Un filete de pez espada.
Unas papas fritas. Un pimiento verde asado.
Una tajada de sandía. Leche de coco.


<< ¿ Por qué hablas de comida ? Me está entrando hambre. Estás loco. >>


Estoy ciego... No te metas conmigo.
Dame mi bastón, y déjame libre. Puedes ir en Paz.
Será culpa tuya, si me da un zarpazo el oso, o si me come el tigre.
Te regalo un libro mío, sobre las Fábulas de Samaniego. Te lo entrego.


<< Te llevo... En vos confío. Dulce corazón de María. Nuestra amistad no se enfría. >>

 

Me a gustado este poema sobre la amistad,un placer leerte y
disfrutar se tus inspirados versos
un abrazo afectuoso, saludos
poeta.

 

Gracias, amigo. Ya se está agotando mi repertorio. Afortunadamente, soy un poeta con final feliz.