Lectura salvaje

El silencio ovillado en la mirada
es un felino sagaz y temible.
Ver aquellos candiles es terrible,
es cómplice esta noche tan cerrada.

La extraviada lectura trasnochada
reside en el silencio, en lo invisible.
Se mantiene en alerta, imperceptible,
bajo sombra serena y desvelada.

La felina lectura es inquietante,
pues desgarra aquel mundo recorrido
con salvaje mirada interrogante.

Cuando vuelve y se encuentra malherido,
se apaga su candil, suelta fragante
un voluptuoso sueño… conmovido.

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Aaah, muy bueno, me ha encantado esa lectura silenciosa y sagaz que desgarra al mundo. Me ha encantado.
Luciana.

 

Me alegra mucho, Luciana. Me caracteriza bastante ese tipo de lectura. Estoy al acecho, nos pasa a la mayoría, me imagino. Saludos.

 

Un placer leer su comentario, querido poeta. Renovador fin de semana para usted también. Saludos

 

Jamás se me hubiera ocurrido algo parecido a tu primer terceto.
Aplaudo tu inspiración, en un tema, con un punto de vista distinto, y ocurrente, diría yo.

Saludos.

 

Agradezco mucho tu comentario, estimado amigo, siempre a mi modo busco estimular mi imaginación, y tomo algunos riesgos (por ahí salen disparates) jajaja. Un abrazo grande.

 

Creo que muchas de las genialidades, surgen de los disparates, sobre todo en este mundillo.