Los relatos

"Yo y la aldea" de Marc Chagall.


En un cuento edulcorado crecemos
sin saber que somos parte de un relato.
Sin saber que afuera no hay nada
sin un laboratorio.

Que los libros no son sagrados.
Que el experto y el niño
hablan de experiencias de igual modo.

Me pregunto porqué sostienen
una distancia inverosímil
para consagrar un estatus de ignorancia.

Defiendo con uñas y llanto la perspectiva.
Defiendo los ojos que se asombran.
La posición que no es sólo una tesis,
sino un sujeto ahí parado
con ideas y sentimiento.

Defiendo el derecho de pararse,
de abrirse a las palabras, de empujarlas.

Es que soy testigo del aborto de las palabras
y se me salen chorros de términos por llanto.​

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Pintura: "Yo y la aldea" de Marc Chagall.

 

Excelente J0sè Luis, saludos amigo,

 

Gracias amiga, saludos