Madre

Todas las flores de Mayo
florecen en tus ojos,
en la sagrada caricia
de tus manos.

Madre,
tu aroma celebra
la promesa del cielo
y tu voz sabe escarbar
profundo en mi nostalgia
y encontrar mi alegría.

Tu paciencia me cobija
como el calor en el invierno.

Tus días se adaptan tiernos
al desenfreno de mis días.

Madre,
la primavera emerge colorida
conmemorando tu mérito
y sembrando tu nombre
en un jardín de rosas.

Cuando el mundo me da la espalda
tú me recibes dichosa
y colmas con tu cálida ternura
la tristeza de mis manos frías.

 

Muy bello.
carlos