Madre...

Madre...

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I
Cógeme entre tus suaves brazos madre
y cántame una nana que hable de
los niños buenos... De los ángeles
y querubines del cielo que a uno cuidan.

Cántame una nana madre
que quiero dormir profundo
y que al despertar me acaricie
tu voz, y con alegría infinita
ver que aún sigues a mi lado.



II
¡Cógeme entre tus cálidos brazos
y cántame una nana madre mía!
Arrúllame tierno, delicado
como las olas del mar
como cuando el viento
pasa raudo entre los
blancos cerezos en flor
y llueven níveos pétalos:

¡Cógeme entre tus fuertes brazos madre mía!
Mece mi cuerpo de niño en un vals de ensueño
que gira y gira mientras me cantas una nana...​

III
Quiero ser tu hijito del alma,
eternamente tuyo
eternamente niño y
bajo tus besos sentir por momentos
que soy el ser preferido de Dios
porque tú madre mía
estás junto a mi por y para siempre:

Bajo el sol radiante pasear de tu mano
los dos descalzos por el verde jardín
entre mariposas blancas y un mar de
doradas espigas, entre amapolas rojas
y miles y miles de blancas margaritas.
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Expresas en tu poesía un exquisito amor hacia el ser que dio la vida. Un poema muy tierno. Un placer leerte. Saludos.

 

Gracias por vuestros comentarios RAMIPOETA y joblam.

 

Magistral página divina y emocionante.

 

Gracias Jorge Lemoine y Bosshardt por tu amable comentario.

 

La inspiración de la gran obra, el talento y el genio.

 

Gracias por esas amables palabras.

Saludos cordiales.