Mi esperanza

Tu mirada mi bien amada a impreso toda su alegría a mis ojos,
Primeramente te vi. Desdeñando toda procuración sin pena encima de tu ser,
Ya para que lanzaras tus saetas sin darte cuenta, ni a quien ni como.
Y ella tu mirada es quien alimenta mi sosiego y da luz a mi pena.

Ella también alborozante es un dulce bálsamo que me embrujo,
Es el dulce vino que me ha perdido en una inundada embriaguez,
Penurioso y quejumbroso en espera de la redención de ellos, tus ojos tan bellos.
Con mi callada voz de mis ojos sobre ti disimulado.

Los míos pasan sobre ti con avidez y sobre los tuyos destellantes,
Callado en este lugar efímero y dudoso, insatisfecho, lleno de silencio,
Seco y fulminado en las entrañas desgarradas por la herida inmutable.
Profunda la ultima esperanza mía.