Mis deudos

Y las risas se quedaron esperando en la parada,
apenas un silbido del viento cruzo mis sienes...
!vaya risotada!, la del viento, la tuya, ¿qué más espero?

Mire tu figura en el espejo de la imaginación,
te arme con cada pieza de tus palabras, con cada
punto, con cada coma... ¿Eras tú a la que miraba?

El error del tren sin rumbo, este que vuela por los
jardines, !vaya porquería!, mejor me quedaba
en la torre a mirar de arriba, a dejarme vencer
tal vez por las llamas... Que se consuma todo,
los papeles, las historias, que para eso están los bares:
para volar bonito con poca plata...

!No, eso ya no basta!
Esa multitud que me asola al infierno de la soledad,
!Cuantos espectros tendré que mirar en la hora de mi muerte?
Cual burdo recuerdo permanecerá pegado mi retrato
en las paredes de mis deudos,
pero no soy de ellos,
!que esté pedazo de tierra se pierda para siempre!