Notálgicas eternidades

Vivimos ahorcados entre el silencio,
de un vacío que vuelve a ser lluvia, para inundarnos,

más temprano sale el sol,
cuando la noche cae sin sombras,

cuando sus deseos son espejismos,
de un dolor particular,

serán mis tiempos, designios,
enclaustrados en un porvenir maldito,

serán mis consuelos, pedazos,
de un tumulto de cicatrices,

desvividos quedarán mis besos,
aún con mis martirios latiendo,

escucharán los débiles mi último grito,
aún entre los clamores de un infierno nuevo,

recobrarán mis cenizas,
sus nostálgicas eternidades.

 

Parece ser que, aunque la vida esté llena de dolor, desilusión y un futuro incierto, la experiencia vivida, el sufrimiento y los gestos de amor (como los besos) dejan una marca indeleble que trasciende la existencia física y encuentra una forma de eternidad en la memoria y en el eco de la propia historia.

Saludos cordiales