Nuestros causes

Nuestros causes.

En esta noche acompañada de la brisa, de la luz de la luna me he dado cuenta de lo mucho que te amo, de cómo este amor ha crecido inmensurablemente con el pasar de la noches, con el sonar de tus labios, con aquella intensidad de nuestras conversaciones. Hoy te escribo para decirte que te he amado como a nadie y que este amor trajo consigo grandes alegrías, muchos sueños e ilusiones, pero como el niño jugando con pompas de jabón; esas ilusiones, aquellos sueños estallaron en una gran desilusión por un amor no correspondido.

Mas sin embargo sé que hay que salir adelante, que tendremos nuevos días por venir, tantos atardeceres que disfrutar, tal vez no a tu lado, pero sabes que cuando cada rayo de luz toque mi rostro, cuando vea a un botón para convertirse en una rosa, aquellos días en los cuales el atardecer es infinito; en todos esos momentos estaré pensando en ti.

Es la hora de decir adiós y dejar que los ríos de nuestras vidas tomen su curso y si en verdad estamos destinados a estar juntos, aquellos ríos se volverán a unir en una tormenta de pasión y amor. Me marcho como el otoño se va dejando paso a un frio invierno, pero no sin antes agradecerte por aquellas primaveras de eterno amor que me brindaste.

Sier.