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Perdidos

Tema en 'Fantásticos, terror, ciencia ficción...' comenzado por mario quirino, 21 de Diciembre de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 494

  1. mario quirino

    mario quirino Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    19 de Diciembre de 2011
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    Se encontraron en el parque, igual de derrotados, Angel, un muchacho de pelo negro largo, vestía un saco de pana café que parecía de alguien mayor, fatigado y con la mente en otro lado, sentado en la única banca del parque que tenia sombra, Eva se sentó a su lado, sin ninguna intención más que la de descansar y platicar consigo misma, tenían mas o menos la misma edad, a punto de cumplir 30, los dos parecían de otra época, a Eva le encantaban las faldas largas y las telas floreadas. Después de unos minutos los dos se sintieron incomodados por la interrupción mutua.
    - Usted fuma? Pregunto Ángel después de ver levemente a su compañera de banca.
    - ¡Por supuesto que no¡ respondió ella, sintiéndose aludida por dar esa impresión.
    - Y bien, ya que vino a interrumpir mis pensamientos me podría decir por lo menos su nombre?
    - Me llamo Eva, y no vine a interrumpirlo, por si no se ha dado cuenta esta en un parque público¡
    - Bien, yo soy Angel. creo que empezamos mal, solo quiero platicar un poco con usted y rescatar de alguna manera este amargo día
    - ¿y por que cree que sea yo la mas indicada para eso?
    - Por que esta igual de perdida que yo.
    Eva sintió un nudo en la garganta, ya que en cierta forma aquel hombre tenia razón, así que desistió de continuar hablando y simplemente se recargo.
    - La mañana es muy hermosa, ¿no lo cree? Como para desperdiciarla nosotros con tan mala cara.
    - Si es verdad, estaba pensando lo mismo, no recordaba una mañana tan linda y ni siquiera es primavera.
    - Por eso me parece tan valiosa, por ser inesperada.
    - Y a todo esto dígame que le ha pasado parece que fue arrollado por un tren
    - Le voy a ser sincero, pues no creo volver a verla después de hoy, lo cierto es que no recuerdo nada, recuerdo bajar del autobús, pero no haber subido, empecé a caminar hasta encontrar este parque y también las iglesias y demás edificios se donde estoy, conozco la calle marco polo y la antigua imprenta, pero nada de mi pasado.
    - Oiga pero eso es muy grave, usted debería ir a un médico y no estar aquí.
    - ¡no! Llevo apenas tres días, vera, no es mucho tiempo, no pierdo la esperanza de recordar todo si solo espero, ¿Qué nunca ha tenido un resfriado? No siempre hay que ir al médico cuando se siente enfermo, en cuyo caso yo no me siento asi solo confundido.
    - Umm de cualquier forma considérelo, yo he perdido a alguien cercano y no sabe lo horrible que es eso.
    - A si a quien perdió
    - A mi perrita, llevaba ya 5 años conmigo, era diminuta, pero con el pelo recortado y juguetona, sé que no la atropellaron pero no creo q me la devuelvan.
    - Ho ya veo pues lo siento se ve realmente afligida.
    - Lo estoy, no sabe lo que ella era para mí, casi como una hija, todo lo que tenia, lo único que me distinguía de mis tías solteronas, por lo menos yo tenía un pretexto para salir de casa. Salíamos a dar paseos a diario, y aquí nos sentábamos, claro por la buena sombra.
    - Hay mucha gente extraña por estos rumbos ¿no cree?, justo acabo de ver un carnaval de personas realmente feas, mutiladas y vestidas con harapos.
    - La verdad no pongo mucha atención, no me gusta ver a la gente, uno nunca sabe quien se pueda ofender.
    - Supongo que tiene razón, en estos tiempos no hay que meterse en líos, ¿sabe qué hora son?
    - (Eva saco el celular de su bolsa, y tecleo) once y media, bueno creo que tengo que irme no quiero que me agarre el sol de la una y todavía tengo que ir a la mercería.
    - O claro está bien, solo una cosa más ¡que extraño reloj! Puedo verlo
    - No es un reloj (contesto Eva en tono burlón), es un teléfono celular, no me sorprende que no los recuerde, pero son una adicción se dará cuenta que nadie sale sin ellos.
    - Los ojos de Angel se clavaron en aquel aparato mientras lo sostenía con manos temblorosas, y trataba de hablar pero no podía (lo lo he recordado todo)
    - De verdad? O que gusto supongo que el teléfono ayudo, entonces ya puede regresar a su casa.
    - ¡No! no puedo y es mejor que se valla de una vez, sospecho firmemente que no soy de este tiempo, y no me gustaría asustarla si empiezo a desaparecer ante usted.
     
    #1

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