Perdiéndote

Hay un mar detenido en mi garganta,
palabras que tropiezan emotivas
con esta cercana posibilidad de perderte.
Y no quiero decir "te amo"
para aliviar circunstancias,
me quedo con este profundo sentimiento
que evoluciona de a poco, con paso firme
sobre los cimientos de conocerte.

Dolor es la oscuridad de tus lágrimas
y la ausencia de tus palabras.
Saberme amado no es suficiente
cual sorpresa letal que mi corazón recibe
si con el tiempo me acostumbré
a tus mimos de media tarde
sabor de un cariño temprano.

La distancia no nace de la geografía,
sino en ese temor de abrir tus puertas
al mundo que desde mi pecho te ofrezco.
Hay una cercana voluntad de enmendar
aquello que tanto tu alma hiere,
un deseo sincero de sostener bandera
en la tierra de tus emociones,
pero ahí está la sombra de un lamento
y las manos que cierran el paso
al viento de mis labios que dicen "lo siento".

Igual respiro con esta marea
atravesada en todo mi cuerpo,
quizás un trino lejano y un poema viejo
rescaten esta historia de sus fantasmas,
espectros de nuestras heridas encontradas.

Al final sólo el sol,
nubes en el horizonte,
el presente relampaguea sobre el pasado
y el futuro es la incertidumbre
de un dolor que nace al pensar que te pierdo.