Permanecer

Permanecer

Antaño, tenía el sueño de hombres justos
que tallaban en madera y metal
las letras amplias de la Constitución,
creía que la libertad
era parte del amor,
y que, aunque se padeciera los embates
de la frustración,
como justos caballeros de una tierra indómita
nos levantaríamos,
tenderíamos la mano,
y diríamos aquí estoy mi hermano,
saludándote y sirviéndote
de hombro, pañuelo y compañero de viejos horizontes.
Tal vez peque de inocente,
quizás entusiasmo debido
a un himno de rock (nacido de cuerdas
templadas y maple y palos rosas)
pero, nunca pierdo la ilusión,
que estás manos van a construir una idea,
sea pequeña, inverosímil,
una viruta de tablón de la flota de Cartago,
por qué la rebeldía ya no está
en el puñal afilado
y la lengua que echa ácido y es doliente;
hemos echado tantas raíces,
hay tanta tecnología para poder usar,
no hay que hacernos doler
más el corazón,
las distancias son tan cortas ahora,
puedo abrazar tu comprensión,
compárteme tus dudas,
si el sol no brilla en este momento en tu habitación,
no te preocupes,
debe estar en algún lado,
siempre llega,
secando lágrimas, limpiando la piel de pereza
inútil, brillando esperando la lluvia,
como yo te espero a ti.

 

Una cosa es segura, nunca ha habido tanta herramienta disponible y tan al alcance de la mano. Sería un gran desperdicio no aprovecharlo. Un saludo, Bartleby.