Reflexión 4

Caemos por la vida,
caemos aún con manos,
con alma corpórea,
y sábida valentía,

caído en tus días,

dios de muchos,

negadas las noches,
negando las vidas,
por tu divino reproche,

sembradío que morirá,
como frutos prohibidos,
o como podrida existencia,

sembrando dolores,
tumulto de errores,
seremos horrores,
de filos y sogas
seguimos intactos,
por suerte entre destinos,
por tiempos exactos,
y circunstancias benditas,

fluimos inertes,
deseo tenerte,
abrazarte una última vez,
ardiendo en mis soles,
con mil flores dolientes,

llegaremos resecos,
con una vista de etérea libertad,
seremos el temor de la muerte,
su soledad más sufrida,

cavando en tus lunas,
caricia y fortuna,
como en la última hambruna,
de sadismo constante,

eternos divagues,
que reconocen la alteridad del universo,

consciencia estelar,
aún duelen las memorias,
quisiera ser navío,
entre mis cielos más profundos,

quisiera ser tanto,
para tan poco tiempo,

quisiera ser héroe,
entre tus piernas perfectas,

diosa de mil amores,

quisiera tu tiempo,
para revolcarme sin vértigo,

sobre tu anatomía equilibrada,
de divino encanto nacarado,

para eternalizar en tus instantes,
mis más pulcras ilusiones.