Rendición

Haz de mí lo que quieras,
que yo me encargaré, que lo hagas bien,
te facilitaré las cosas para que toques mi corazón,
y calmes mi incertidumbre tan sólo con un beso.

¿Qué será lo que en verdad tienes, que siempre llegas a tenerme?
Conviérteme en un tirano de tu vientre,
o en un poeta que te cantará siempre,
no, no tengas clemencia por las consecuencias,
sólo haz de mí lo que tú quieras,
que yo me encargaré que nada te lo impida.

Claudico ante tu manera de ser,
poniéndome a las órdenes de tu libertad,
ten en cuenta que soy tuyo para siempre,
y que no deseo liberarme de ti.

Me someto a tu voluntad y al vaivén de tus caderas,
sin nada más que esperar, porque todo lo espero de ti,
hoy firmo el acta de rendición ante tus labios,
y ante los designios que se desparraman por tus manos…


Ricardo Felipe
El último bardo