Restos

Basurero propenso al amor,
corteza fría; mirada perdida bajo el transcurso del hambre.
Lamentos bailados en un techo de cartón,
lagrimas vividas en el ardor del día con manifestaciones de dolor y rabia.

Avances al momento de pedir y ser evitado por las “perfecciones” del individuo.
Contorno molesto y vaciado por el hombre;
malestares requeridos para vivir la larga actividad de la vida de las almas olvidadas.

Amaneceres al rojo vivo, con aguas viejas y hervidas, mesas dolidas por el peso del hambre y la pobreza.
Madre de manos rígidas, manos elaboradas por el cemento y el ladrillo. Madre de los golpes y la exigencia del macho.

Paredes molestadas por el gritar de los buitres de Dios y el hombre,
golpeadas por el más sangrante hijo de la noche. La muerte.

Hijo (s) taciturno, siempre en busca de la trampa, el deseo, el placer; oscuridad a la vida y obligaciones de un adiós advertido bajo el umbral de la cuna.

Rapiñas de los cerros y pobladores de una ciudad sedienta de cuentos y llantos.