Ssalir abandonado

Las raíces son blancas, tropiezo
el agonizante dolor de la tubería es defectuoso,
los ríos parecen miel, con la cara linda de los arboles,
los niños viajan, enredan sus cabezas en maizales,
los libros siempre están abiertos, y no hay quien los repare.

La utilidad de los versos se agacha, comiendo,
los pedazos de suelo, van viajando, de lado a lado,
las catedrales son de humo, y piensan…
hay más de un millón.

Los únicos dictados de la maestra, estar desabotonado
las únicas riendas, ser menor de edad y las memorias
de los ladrones, que se cambian de nombre.

 

Un poema bonito... un deleite pasar.