Tantas Vueltas

Te recordé en la estación de Binisalem,
donde el tren dormita unos segundos,
y después emprende
sobre eternos esquís
ese latido de cansancios mecánicos
... tan suyo.

Te destilé con dulzura
de entre la calima de dudas,
en el departamento
de esperanzas para reciclar.

Tu imagen de pordiosero impoluto,
de comunista intelectual,
te confería un halo
de altruismo autoritario.

Más tarde descubriste,
que girando dos veces a la izquierda
vas en dirección contraria.
Y la vida te obliga
a dar tantas vueltas ...

Y ahora estoy aquí,
hablando de mis veinte años
en segunda persona.
Y es que mientras la piel se arruga,
se muere y se nace tantas veces ...

No es que me queje,
acostumbro a teñir de rojo
muchos días entre semana.

Pero hoy necesitaba recordarte
en la estación de Binisalem,
donde el tren dormita unos segundos
como una bestia cansada.

 

Un bello poema Viento Azul, un saludo a tus recuerdos en una noche de muchas estrellas.

Jaime

 

Muchas gracias, tantas como estrellas, Jaime.
Y un abrazo desde Mallorca.