Tres, nueve.

Tan fácil que es poner
en duda el amor, tan
frágil que es cuando
cae por barrancos sin
inhibición, yo me encontré
con quien me miraba detrás
del espejo, con huellas digitales
presentadas en lodo, yo me
puse a hablarle a ese reflejo
que no era yo, por supuesto.

Un cerebro raro, evidente
que se tragó una gasolina
confundiendo al café
y entonces nada existe
entre la nieve azul, que
blanca nunca fue.

Tengo la cabeza hueca
y poco a poco caen en partes
las venas de los pies, líneas
rojas que se tuercen y veo
formas de mujeres que mueren
mirando al techo y rezando por él.

Mañana murió un rey, que tenía
poderes ocultos, así como aquel
( no, no es ese rey que estás pensando)
Es otro, uno que tenía unas llaves
unas clavículas y vestía de rojo
clavel.

Mañana siempre llueven
caracoles color pastel, mañana
siempre caen piedras con
formas cuneiformes, como
varas mágicas sin poder,
mañana las estrellas se ponen
un brillo de neón para seguir
trabajando en torno a las sirenas.

Una mujer con escamas de seda
se sentó en una piedra en medio
del mar, el marino la divisó en su
barca, se enamoró de ella al pasar
por que la mujer tenía en los ojos
dos obsidianas de forma singular
y él saco de su bolso de peltre, una
almendra y se puso a dibujar...Y
cuando la alcanzó ella nadaba dando
vuelcos, y cuando le aventó la almendra
ella la agarró usando una escama de
veneno.

Entonces la mujer aventó un lazo
y un beso, el marino agarró
el lazo y el beso lo puso en la mesa
con velas de costillas expuestas, la
subió a la barca, ella lo miraba tierna
y el hombre de cabellos cobrizos, le
hizo un rizo con plata y esmeralda, la
estrella de neón bajo en tormenta, la
mujer de escamas y piel de nácar, se
volvió entonces tan exagerada, exuberante
que por el colmo de Nostradamus, ella se
hizo una rata, rata enorme y de colmillos
con acero...La rata saltó de la barca...El
hombre se ahorcó con el beso.

Mientras de su brazo caían los
cuartetos de una biblia que él
estaba escribiendo...

''Tres, nueve, hora de la muerte
serena, cuando fumo un pedazo
de mierda, cuando paseo mis tendones
al sol, cuando me seco de vapor y
salitre, cuando penetro a la salmuera''...

Que callado se sentía el mar
en ese entonces, riscos, arrecifes
cangrejos que desfilaban llevando
la bandera de los malnacidos y
ejecutados, ahí, yo vi que encabezando
la fila...Iban unos dos o tres sicarios.

Ahí yo vi, que detrás de esos
había unos brazos que parecían
rifles y escarchas o ¿Serían los
tentáculos de alguien que no pudieron
cortar a rompe hielos?.

Más atrás en la fila, vi a unos
cerdos, que ellos si que flotaban en
las aguas, yo me escondí entonces
por que no quise mirar aquello.

Dejaron ensartada en una lanza
a una mujer a quien le pusieron
escrito: ''Tres, nueve, hora de la
venganza, tres, nueve, tercer piso
calle quinta, colonia escarlata''.

Y todo mi cuerpo se hizo
espasmos acalambrados
y no morí relatando el número
ni esperando demonios que no
eran demonios pero que los habían
hipnotizado haciéndoles creer que
del infierno eran enviados.

Salgan brujas negras
salgan brujas negras
salgan brujas...Que yo
me voy con Xemsaya.