Un pelota

Esa era su verdad, era su baza;
¿cómo siéndolo todo, en teoría,
él sólo lo pensaba y lo decía,
se puede soportar tal añagaza?

Cosas verás que la razón rechaza,
pues siendo tan vulgar no aguantaría
lo mínimo en cualquier auditoría
y menos que tuviera mando en plaza.

Era un pelota, de poder hambriento,
moldeable, flexible y pocas voces
más cerca de la nada que otra cosa

que sin la sumisión no tiene asiento.
Creo, lector, que alguno tú conoces
igual que piensa el vate que esto glosa.

 

Jaja. Haberlos haylos a cientos.
Buen soneto.

 

Gracias, efectivamente hay muchos. Saludos. Bernardo de Valbuena

 

Gracias Alde. Saludos . Bernardo de Valbuena

 

Buen soneto y muy gracioso. Pelotas hemos conocido todos/as desde la más tierna infancia hasta la madurez pero los peores son los que además de ser pelotas van jodiendo al personal y, de estos, he conocido algunos... ¡qué asco! Lo malo es que para trepar en cualquier circunstancia de la vida (sobre todo los trabajos) hay que ser un buen pelota.

Un abrazo Bernardo.

 

En la empresa privada se medra para subir aunque el que paga o lo consiente es un jefe que pone el dinero. Lo malo es cuando se hace en la política con el dinero de todos. En cualquiera de los casos, son una plaga, y como plaga siempre mala.Un abrazo. Bernardo de Valbuena