Unidos

JUNTOS
Dame un místico recuerdo. Sólo por si olvido ser práctico. Sólo por si me asaltan fuentes románticas de olvido y me quede con sentidos de anécdotas triviales.
Dame un surco de sangre con un arañazo en la piel, para recordarme que debo responder besando tu cuerpo.
Dame señas particulares para saber que no abrazo a cualquiera que mire de lado con tiempos compartidos y sueños entrecortados.
Dame un silencio y después otro, para acostumbrarme al regocijo de mirarte.
Dame un grito que cale huesos y músculos desde las membranas que me quedan para no arriesgarme a confundirte con el silbido de un viento ajeno.
Dame un abrazo con tus piernas para seguir convencido de que soy débil ante tus encantos.
Dame una pequeña muerte todas las noches para volver a desear tus continuas resurrecciones entre mis brazos.
Dame, otra vez, un yo también, para mantener la llama que ha inspirado todo esto que ahora se porque simplemente no puede jamás sucumbir.
Mario R. López
14/05/2003