No hubo nunca silencio mayor que tu desnudez ni porción de memoria que la recordase, ante su garbo huían cobardes mis fantasmas, furiosos me...
¡Que dulce la blanca piel que recibe trazos de colores! Húmeda de acuarelas, blanca y recamada de esplendores, blanca tez de iridiscencia...
Vi como se le escapaba la vida por un agujerito, se trataba de haber ponido el dedo allí. Hablo de ponido de poner, y de eso se trataba la vida...
Saludos a todos desde México!